miércoles, 24 de marzo de 2010

Plantas 'mágicas' utilizadas en rituales medievales

Para quien crea en las brujas, no como brujas sino como mujeres adentadas a su tiempo, mujeres inteligentes, mujeres con otro punto de mira... en honor a ellas...

Belladona: también llamada hierba de los hechiceros, su uso siempre ha estado muy relacionado con la brujería ya que era un ingrediente fundamental en muchas de sus pociones. Se dice que su espíritu abandona la flor una vez al año para acompañar a las brujas al Sabbath. El principio activo es un potente alcaloide, la atropina, que actúa a nivel del sistema nervioso produciendo palpitaciones, visión borrosa y alucinaciones visuales,

Mandrágora:planta tremendamente apreciada por las brujas medievales por su dificultad para la recolección, ya que el espíritu que alberga la raíz emite un lamento tan lastimero al arrancarla que podía matar al que lo hiciera. Por eso era necesario hacerlo en noches sin viento de luna llena y hacer 3 círculos con una espada alrededor de ella antes de arrancarla. O bien atar a un perro hambriento a la base del tallo y lanzarle comida, para que fuera el perro el que oyera el lamento. Se utilizaba como antídoto para la desgracia, la pobreza y los embrujamientos, pero con precaución, porque "adormece el primer día y vuelve loco el segundo".


Imagen de mandrágora

Beleño: un ingrediente fundamental en las pociones ya que a él se atribuye la capacidad de volar y de transformarse en animales. Nuevamente el principio activo es un alcaloide que produce fuertes alucinaciones visuales acompañadas de sensaciones de caída al vacío e ingravidez.

Estramonio: es la hierba clave de las pociones amorosas. El principio activo, la escopolamina, produce distorsión de la realidad y de los recuerdos, y se dice que fue utilizado posteriormente por la Inquisición como método de tortura.

El ungüento de las brujas: la poción por excelencia de las brujas medievales era sin duda ésta, la que les permitía acudir a los Sabbaths. He leído diferentes versiones más o menos escabrosas, pero la mayoría de los textos citan los siguientes ingredientes: Belladona, beleño, opio, cicuta común y cáñamo, mezclados con manteca para obtener la consistencia de ungüento; con esta mezcla se frotaban enérgicamente en la nuca, las axilas, corvas e ingles, en ocasiones (dicen) ayudándose de palos o de escobas.

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